Según el Codex Alimentarius, se define la agricultura ecológica como "un sistema de ordenación de la producción que promueve y mejora la salud del sistema agrario, con inclusión de la biodiversidad, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo".
Las verduras ecológicas (u hortalizas) son aquellas plantas herbáceas que tienen partes comestibles y que han sido elaboradas según los criterios de la agricultura ecológica.
Los productos ecológicos no incorporan sustancias o residuos que puedan ser perjudiciales para la salud humana o mermen su capacidad nutritiva, como pesticidas, herbicidas o insecticidas.
Las hortalizas incluye cualquier vegetal comestible que no sean frutas o cereales. Es una manera de separar o distinguir los distintos vegetales aunque no está basado en ningún fundamento botánico.
En general las frutas son el fruto carnoso de la planta que contiene una o más semillas y que tiene como objetivo reproducir la planta. De ahí que vegetales como el tomate sean frutas pero por ejemplo la frambuesa, el banano o la fresa no sería una fruta sino una inflorescencia.
Las verdura contienen una gran cantidad de agua y fibra, glúcidos, vitaminas y minerales. Por todo ello son fundamentales en una dieta sana y equilibrada. Se deben lavar antes de utilizarse para eliminar restos de tierra y sobre todo si se trata de cultivos no ecológicos.
La verdura ecológica contiene todas las propiedades de los vegetales pero además son mucho más sanas pues no aportan al organismo elementos o residuos químicos del cultivo tradicional.