Aunque durante los últimos años la demanda de alimentos ecológicos ha sufrido un aumento considerable, especialmente en el caso de productos frescos -como la verdura ecológica-, la agricultura ecológica en general ocupa un espacio de mercado muy pequeño.
Se espera que conforme aumenten los beneficios en los cultivos y la demanda de la población, el mercado de la verdura ecológica aumente a corto o medio plazo de manera considerable. Cada día existe más preocupación por el consumidor hacía la salud y hacía formas de vida más saludables.
Asimismo, esta preocupación se traslada a los agricultores que ven que la agricultura ecológica les aporta, aunque con esfuerzo, muchos más beneficios, a ellos y a su ecosistema. En España no existe mucha difusión de la agricultura ecológica aunque existe un consumidor que cada día aumenta su demanda de información y de verdura ecológica.
La verdura ecológica se produce mediante un sistema agrario más respetuoso con el medio ambiente, favoreciendo la biodiversidad del ecosistema, no creando contaminación química en el suelo y en los acuíferos y, contribuyendo de manera importante a reforzar el sistema agroalimentario.
Los principales valores añadidos en la verdura ecológica son la preservación del medio ambiente y su mayor aporte de nutrientes (tanto en cantidad como en variedad). También hay que destacar que cultivar verduras ecológicas necesita de mayor cantidad de mano de obra que la agricultura convencional, por lo que supone un beneficio social añadido y ayuda a la no despoblación de los entornos rurales. El único factor que está privando a la verdura ecológica de escalar posiciones en el mercado es el aspecto diferente, y no tan bonito, cuando las comparamos con la verdura convencional. Es un aspecto en el que trabajar mediante técnicas de selección natural de los cultivos.