El jamón Ibérico Ecológico es un producto único en el mundo ya que procede de una raza de cerdos que junto a una dieta a base de bellotas de encinas y alcornoques, desarrolla una musculatura con infiltración de gran cantidad de grasa insaturada (grasa beneficiosa para nuestro sistema cardiovascular).
Además, el cerdo ibérico campa en libertad, desde las dehesas de Andalucía y Extremadura hasta los encinares de Teruel. La calidad del jamón ibérico depende de varios factores, la raza ibérica, el medio donde se desarrolla la actividad, el manejo de los cerdos, su alimentación y el curado y maduración de los jamones ibéricos.
El cerdo ibérico es el único que puede darnos jamones ibéricos. Es una raza autóctona de origen Mediterráneo. Es un cerdo, en origen doméstico, que se ha adaptado perfectamente al pastoreo en libertad. Una de sus principales cualidades es que ha sabido adaptarse a lo largo de los siglos a aprovechar los pocos recursos que las dehesas pueden ofrecer, las bellotas. La infiltración muscular de grasa hace a los jamones ibéricos únicos y muy saludables.
El antepasado del cerdo ibérico era un jabalí del Mediterráneo. Después de diferenciarse en la Península Ibérica, existen los siguientes tipos: negro, retinto, rubio y manchado de jabugo. De aspecto es un cerdo de capa negra y con muy poco o ningún pelo (se les llama lampiños o entre pelados). El hocico es largo y recto y son “estrechos” (esqueleto fino).
Los jamones ibéricos deben portar una etiqueta identificativa pues existen jamones de color negro que no son ibéricos. Se trata de una etiqueta de plástico de un color determinado rodeando la pata que identifica uno de los 4 tipos de jamones con los que ASICI (Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico) clasifica el cumplimiento y control de la Norma vigente. En el caso de ser un jamón ibérico ecológico debe además de portar la identificación del certificado ecológico.
